Felipe GONZALEZ GONZALEZ
La ciudad de México se encuentra en una verdadera emergencia debido a la contaminación atmosférica que está enfrentando, y que ha tenido que llegar hasta el presidente Enrique Peña Nieto y al jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, y los gobernadores de los estados de México, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala, que son los que conforman la región llamada Megalópolis, y que encabezados por el titular de la SEMARNAT, Rafael Pacchiano, deberán tomar medidas que reviertan la grave situación que se está enfrentando.
Los expertos en estos temas dicen que la ciudad de México es la única que tiene un verdadero monitoreo del medio ambiente, por lo cual puede lanzar la alerta para declarar contingencia ambiental al llegar a determinado límites de polución en el medio ambiente. Lo verdaderamente preocupante es que en otras ciudades el monitoreo no es tan eficaz, o no se utiliza adecuadamente; entre estas ciudades se encuentra la nuestra, y sobre todo que son ciudades con un alto número de automóviles y la nuestra es de las que tienen más autos per cápita. De acuerdo a los expertos, el 80% de la contaminación es producida por las emisiones de los vehículos, y sobre todo a causa de que la movilidad, en cuanto al tránsito, en muchos puntos está colapsada, ya sea porque no son los semáforos adecuados o por el exceso de topes, o señalización inadecuada.
Esto se ha comprobado, pues en la ciudad de México, gracias a los bloqueos de los profesionales de la desestabilización, se producen inmensas filas de autos que detenidos emiten más polución que los que circulan normalmente. Ahora se ha determinado que no circulen autos con determinadas terminación en sus placas, ya sean nuevos o de cualquier modelo y año. Recordemos que la ciudad de México tiene registrados 2´249,000 unidades de motor (dos millones doscientos cuarenta y nueve mil) lo cual nos da una idea del tamaño del problema.
Según la información que tenemos, hasta el momento el Presidente ha instruido a la Secretaría de Medio Ambiente de que tomen medidas especiales en los verificentros para que sean más estrictas las revisiones, y sobre todo el tipo de calcomanía que se entregan para sacar de circulación a los que contaminan.
El transporte público en la CDMX es gratuito, buscando con esto que se usen lo menos posible los automóviles. Sin embargo, a pesar de las medidas tomadas, no se ve que sean menos los vehículos que circulan, lo cual significa que las familias han comprado más vehículos para poder moverse, a pesar de las medidas restrictivas que se han tomado; y por eso se duda que los esfuerzos hasta ahora hechos difícilmente tendrán éxito.
Este problema ya comenzó a dar resultados negativos de enfrentamientos entre el jefe de gobierno de la CDMX y el gobernador del Estado de México, pues éste cerró cuatro basureros a cielo abierto, en los que se tiraban diariamente 8,000 (ocho mil) toneladas de desechos de la gran ciudad, y que ahora deberán buscar otras alternativas. Dice el gobernador que esta basura genera anualmente más de 10,000 (diez mil) toneladas de CO2 (bióxido de carbono), y más de 400 toneladas de gas metano, las cuales se esparcen en el medio ambiente de las poblaciones cercanas a estos lugares; ahora esto se agrega a la emergencia.
Debemos tomar en cuenta de que aparte del parque vehicular de la CDMX, hay miles de vehículos que entran de las entidades vecinas y estos también contaminan de una manera determinante.
Ahora nos damos cuenta de lo peligroso que es que un fabricante de automóviles mienta en cuanto a las emisiones que arrojan sus vehículos nuevos, pues contaminan y perjudican a todos, no solo a él que los compra. La importancia de que los combustibles realmente sean de última generación, y que sean lo menos contaminante posible, sobre todo las fugas de gas LP, a causa de instalaciones deficientes por el uso, el tiempo, o porque fueron hechas mal, la quema de pastizales en tiempos de secas y que los vientos dominantes llevan la contaminación a las ciudades y empeoran la situación.
En fin. Creo que estamos a tiempo para que no volvamos un basurero nuestras ciudades, y se vuelvan invivibles. Ríos convertidos en drenajes y la basura en cada esquina sin control.
Debemos aprendamos en cabeza ajena, pues, aunque no lo reconozcamos, ya tenemos problemas.
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